En primer lugar, debemos distinguir los conceptos dibujo animado y animación 3d.
En la animación 3D no dibujamos, sino que modelamos, por ordenador, en 3 dimensiones todos los elementos que aparecen en la escena. El software que utilicemos nos permitirá aplicar a todos estos elementos las características que más consideremos oportunas.
La gran diferencia, entre ambos métodos, es que en la animación 3D no hay que crear una versión diferente de cada elemento para cada fotograma, sino que, una vez creado, se puede ver cada elemento desde cualquier punto de vista.
Características principales
Hay una serie de características que debemos aplicar para conseguir, a pesar de que se trate de animación, un cierto parecido a la realidad. Estas características son:
- Color: Difícil de definir porque para representarlo hay que tener en cuenta más de una variable, como son la difusión, el color y la cantidad de luz dispersada por el objeto representado. Otra variable es el color ambiente (sensibilidad del material, del objeto representado, a la luz ambiental).
- Especularidad: es el control de los brillos que produce la luz en un objeto.
- Reflectividad: es el control de los reflejos de la luz del ambiente sobre la superficie del objeto. Hay que tener en cuenta que muchas veces, cuando vemos un objeto no vemos su color sino la luz que refleja.
- Transparencia: un vidrio normal y corriente no deja ver lo que hay al otro lado sin ninguna dificultad. Si no intervinieran determinados factores no tendríamos razón alguna por la que ver el cristal, puesto que es transparente. Lo que ocurre es que casi siempre o está teñido o lo podemos distinguir por los reflejos que emite.
- Refracción: Es el resultado de las deformaciones de los objetos. Un lápiz cuando atraviesa una superficie acuosa parece partido por la mitad o una lupa deforma también los objetos aumentándolos de tamaño.
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